La Red Ferroviaria Española nace en la primera mitad del siglo XIX y tiene algunas singularidades respecto a la red ferroviaria europea. Estas particularidades son las de que su recorrido es radial, en el sentido de que semeja un círculo en cuyo centro está Madrid y desde ese punto salen los radios de la circunferencia de España y para desplazarse de un lugar a otro generalmente hay que pasar por la capital de España. A ello hay que añadir el ancho de vía que es más amplio que el de los países europeos; dícese que este ancho de vía se eligió para evitar que ferrocarriles extranjeros pudieran invadir España, aunque algunos expertos lo justifican por la razón de que España es el país más montañoso de Europa, solamente superado por Suiza, y para la tracción de los vagones necesitan de mayor amplitud de vía para poder arrastrarlos.
Lo cierto es que el ferrocarril ha sido, y continúa siendo, muy importante dentro de la estructura económica de nuestro país. Además, nos encontramos con que la amplitud de la superficie de España es superior a la de la mayoría de los países europeos. Ello ha dado lugar a un modelo de comportamiento ferroviario, incluyendo sus estaciones para viajeros, muy importantes en número, y una potente industria auxiliar. España es el país que creó el TALGO (Tren Articulado Largo Goicoechea-Oriol). El TALGO es una de las grandes aportaciones españolas a las líneas de gran velocidad y se fabrica y exporta para Europa, Estados Unidos, algunos lugares africanos y, en general, es una de las grandes compañías ferroviarias mundiales.
Hasta tal extremo ha sido el éxito de TALGO que incluso lo citó en su campaña electoral el que posteriormente fuera presidente de Estados Unidos, Barack Obama (1961).
Actualmente se admite alguna liberalización en las leyes sobre ferrocarriles por parte de la Unión Europea, en las que se incluye la libertad de establecimiento, la libertad de divisas y la incorporación de España al AVE (Alta Velocidad Española), lo que ha dado gran prestigio a nuestro país. Según la normativa europea, cualquier compañía del mundo ferroviario puede establecer líneas en nuestro país y utilizar las instalaciones de ADIF (Administración de Infraestructuras Ferroviarias). Ante esta normativa europea, algunas compañías de trenes de alta velocidad del extranjero están operando en las vías españolas, por ejemplo, la francesa OUIGO y la italiana IRYO, que forman parte de la AVE española.
Este éxito de nuestro país ha dado pie a que empresas extranjeras quieran operar en España. El caso contrario, de que España quiera operar en otros países, suele ser muy restringido, ya que estos países consideran que el ferrocarril es un sector estratégico y no están dispuestos a que lo manejen empresas españolas.
Según la información que estamos recibiendo actualmente, el grupo inversor húngaro Magyar Vagon ha formalizado una Oferta Pública de Adquisición (OPA) sobre el 100% del capital de TALGO por 619 millones de euros. La operación es conocida por el gobierno español, quien tiene que dar su aprobación, o no, en virtud de considerarse como un sector estratégico. Es un nuevo problema con el que se encuentra nuestro gobierno, ya que su Consejo de Ministros no es unánime y algunos Ministros piensan que resulta favorable y otros todo lo contrario.
En fin, un tema peliagudo que cada vez más aumentará en otros sectores y que supone que la economía española, poco a poco, irá cayendo en manos extranjeras.
Hace unos meses ya
tuvimos una adquisición de Repsol por parte de Abu Dabi, que mantiene ya un 30%
de la propiedad de Telefónica y que, por el momento, el gobierno español ha
llevado a cabo una ampliación de capital financiada por el Sociedad Estatal de
Participaciones Industriales (SEPI) para cubrir un porcentaje mayor que el de
Abu Dabi y poder mantener un puesto en el consejo de administración de Telefónica.
Una expectativa a largo
plazo en la que vamos a tener una economía nefasta y, además, manejada por
extranjeros.
El tiempo lo dirá.
Vicente Llopis Pastor
14 de abril de 2024
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