La liquidez, en Economía, representa la cualidad de los activos para ser convertidos en dinero efectivo de forma inmediata sin pérdida de su valor, de tal manera que cuanto más fácil es convertir un activo en dinero se dice que es más líquido. Por definición, el activo con mayor liquidez es el dinero, es decir, los billetes y monedas tienen una absoluta liquidez. De igual manera, los depósitos bancarios a la vista, conocidos como dinero bancario, también gozan de absoluta liquidez y, por tanto, desde el punto de vista macroeconómico, son considerados como dinero.
A título de ejemplo, un activo muy líquido es un depósito en un banco cuyo titular, en cualquier instante, puede acudir a la entidad y retirar el mismo, o incluso también puede hacerlo a través de un cajero automático. Por el contrario, un bien activo poco líquido puede ser un inmueble el cual, desde que se toma la decisión de venderlo o transformarlo en dinero hasta que, efectivamente, se obtiene el dinero por su venta, puede haber transcurrido un tiempo prolongado. En caso de querer convertirlo rápidamente en dinero habría que asumir una pérdida de valor respecto a su precio objetivo de mercado.
Se puede hablar de la llamada “liquidez en la empresa”, que requiere una atención especial en las épocas en las que el crédito bancario es escaso, el analista financiero proporciona fórmulas sencillas para medir el grado de liquidez de la empresa, que siempre habrá de guardar una estrecha relación con sus cifras de deudas a corto plazo.
También podemos definir la liquidez como la facilidad de que algo sea intercambiado por productos y servicios, siendo efectivamente el dinero el elemento con mayor liquidez. Una moneda sólida no debería presentar ningún inconveniente en ser cambiada por productos o servicios, a pesar de que la moneda en sí no tenga valor intrínseco. Sin embargo, la moneda que sufre de inflación excesiva, o incluso peor, de una hiperinflación, presentaría cierta falta de liquidez al grado de cese de la utilización de dicha moneda por parte de la población, el uso de monedas extranjeras con mayor solidez o bien el uso del trueque, en este caso vemos cómo el dinero no siempre es totalmente líquido, debido a que no tiene ningún valor intrínseco, su valor se basa totalmente en la confianza del usuario, tanto en la moneda como en el gobierno que la emite, así como en su sistema financiero.
Numerosos bancos de emisión, llamados bancos centrales de un país, han dicho que el tema del crédito no es de liquidez, sino de solvencia. La razón es que el crédito no se guía por la oferta de dinero, sino por la oportunidad de maximizar las ganancias por préstamos e incentivos para reducir la deuda por el sector bancario oligopólico.
Los fundamentos de la liquidez, rentabilidad y seguridad del dinero no suelen estar en manos del Gobierno sino de un organismo independiente, en este caso de un banco emisor de dinero que actúa independientemente de los deseos o presiones que pueda hacerle el Gobierno de su país.
Vicente Llopis Pastor
28 de abril de 2024
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