Ir al contenido principal

SOCIEDADES ECONÓMICAS DE AMIGOS DEL PAÍS

 

Las “Sociedades Económicas de Amigos del País” fueron unas instituciones surgidas en la segunda mitad del siglo XVIII en España, aunque también existieron en algunos otros países europeos, tales como Irlanda y Suiza, cuya finalidad era difundir las nuevas ideas y conocimientos científicos y técnicos de la Ilustración, como entidades propias del “Siglo de la Razón”. Nacieron en el reinado de Carlos III de Borbón (1716-1788), quien las puso bajo la protección real para que fueran un instrumento del reformismo borbónico. Llegaron a ser más de 100 y, en la actualidad, algunas de ellas todavía permanecen activas, y siguen teniendo como objetivo el fomento de la economía de los lugares donde se asientan.

La primera Sociedad Económica de Amigos del País fue una iniciativa de los nobles ilustrados guipuzcoanos conocidos como los “Caballeritos de Azcoitia”, encabezados por Xavier María de Munibe e Idiáquez (1729-1785), Conde de Peñaflorida, que en 1748 formaron una tertulia llamada “Junta Académica”, cuyas actividades incluían las matemáticas, física, historia, literatura, geografía, sesiones de teatro y conciertos de música. Tomaron como modelo las sociedades económicas que estaban proliferando en toda Europa debido al interés creciente por los temas económicos y, en especial, por el progreso de la agricultura y tenían un carácter más utilitario que las academias literarias y científicas.

De muchas de las citadas Sociedades Económicas salieron una serie de instituciones que atacaban la usura, los tipos de interés no regulados y otras acciones. Concretamente, muchas Cajas de Ahorros surgieron de estas Sociedades Económicas de Amigos del País, entre ellas, la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid, que funcionó durante más de dos siglos hasta que la crisis económica y financiera del año 2008 se asoció con la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Valencia, creando la entidad financiera Bankia, que ya no existe porque es propiedad de Caixabank. Hay una cierta tradición que demuestra que dichas Sociedades Económicas proliferaron en las provincias vascas. Concretamente en 1763, las Juntas Generales de Guipúzcoa aprobaron el proyecto de creación de una Sociedad Económica de dicha provincia, cuyos miembros serían reclutados entre las personas más conocidas del país por su sabiduría en la agricultura, las ciencias y artes útiles a la economía y en el comercio, dando entrada así en el seno de la sociedad, a gente plebeya y enriquecida por el comercio, que tenían los mismos derechos que los socios procedentes de la nobleza y el clero.

La iniciativa de los “Caballeritos de Azcoitia” fue secundada por políticos ilustrados del Señorío de Vizcaya y de la provincia de Álava, quienes se reunieron con los guipuzcoanos en Azcoitia en diciembre de 1764 para aprobar los Estatutos de una Sociedad llamada “Sociedad Bascongada de Amigos del País”, que recibió la aprobación del Consejo de Castilla en el año 1772. Uno de sus objetivos fue estrechar más la unión de las tres provincias vascas, contando con tres secciones, una por cada territorio y, más tarde, promovió la formación de dos Sociedades de Amigos del País del Reino de Navarra, establecidas en Pamplona y Tudela.

Esta Sociedad Bascongada fue el germen de la Real Escuela de Metalurgia, y estableció Cátedras de Historia, Francés y Artes Aplicadas que no se podían estudiar en la Universidad. La mayoría de dichas Sociedades se constituyeron en el siglo XVIII e, incluso, algunas de ellas, en el siglo XIX, tanto en España como en las posesiones que tenía nuestro país en América. Dado el éxito que tuvieron en su momento, por iniciativa del Fiscal del Consejo de Castilla y Ministro del Rey Carlos III, Pedro Rodríguez de Campomanes (1723-1802), facilitó la expansión de ellas, que pasaron a denominarse Reales Sociedades. Concretamente, el proyecto de Campomanes expuso su intención de ampliarlas a toda España y a sus colonias en su obra “Discurso sobre el fomento de la industria popular”, del año 1774, y en el “Discurso sobre la educación popular y su fomento”, del año 1775, y con el permiso del Rey Carlos III. Entre las más importantes que hubo en su momento, tenemos la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País; la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País; Real Sociedad Económica Sevillana de Amigos del País y, en general, en las provincias de mayor envergadura económica.

De estas Sociedades de Amigos del País surgió, en algunos casos, el cooperativismo como forma de entender el trabajo de las empresas, y permanecen reminiscencias de ellas en el actual País Vasco. Cuando fue Primer Ministro del Gobierno, Gaspar Melchor de Jovellanos (1744-1810), siguió la línea trazada por Campomanes. En el País Vasco es en donde más empresas se han constituido como cooperativas, las cuales, a su vez, han creado nuevas empresas, y también nuevas cooperativas, que tienen oficinas y sucursales en buena parte de España.

El papel de las Sociedades Económicas de Amigos del País resultó de enorme trascendencia y supuso un nuevo enfoque de la economía española, sobre todo en la producción de bienes y servicios, que se modernizaron y sirvieron para crear empresas como los altos hornos, acerías, centrales de energía, mejoras en la agricultura y otras actividades que existían en algunos países europeos pero que España no había alcanzado todavía. En general, estas Sociedades modernizaron el sistema productivo y económico de España y pusieron orden en las finanzas, en algunos casos, en la línea de socialismo corporativista o en empresas capitalistas.

Entiendo que las Sociedades Económicas de Amigos del País prestaron, y siguen prestando, aunque ya quedan muy pocas, un gran servicio a una España decadente que desapareció como Imperio Español en el siglo XIX.

                                                    

Vicente Llopis Pastor

24 de marzo de 2023

Comentarios

Entradas populares de este blog

MOMENTOS ESTELARES DE ESPAÑA: LA GUITARRA ESPAÑOLA

  Algunos expertos consideran que la guitarra española es una combinación de la guitarra morisca, venida de la cultura caldea y asiria; otros señalan que en España apareció la llamada guitarra española por los caminos de la Grecia Clásica y la Europa Medieval pariente del laúd, que se denominaba “guitarra latina”. Por otro lado, se señala que la guitarra española fue un instrumento musical que usaban los egipcianos en el Próximo Oriente y que en su éxodo hacia Europa Occidental, una parte de ellos se asentó en lo que hoy es Austria y Rumanía e hizo florecer el uso del violín en estos países; el resto de estos egipcianos llegó hasta el extremo más occidental de Europa, en este caso España, y su instrumento fundamental era la guitarra, que con el tiempo se ha venido a llamar “guitarra española” o “guitarra clásica”. Estos egipcianos serían los antecedentes de los actualmente llamados gitanos y, por ello, los grandes violinistas son de Centroeuropa y los grandes guitarristas son los esp

El ECONOMISTA ALEMÁN LUDWIG ERHARD (1897-1977), CONSIDERADO COMO EL PADRE DEL “MILAGRO ECONÓMICO ALEMÁN” DE LA POSGUERRA

El término “milagro económico alemán” fue usado por primera vez en el periódico británico “The Times” en 1950 y describe la rápida reconstrucción y desarrollo de la economía de Alemania Occidental después de la Segunda Guerra Mundial. Este milagro económico se basó en las ideas de la llamada “Economía social de mercado”, un pensamiento económico que abanderó el economista alemán Ludwig Erhard (1897-1977), junto con el Plan Marshall para Europa que fue originado por los estadounidenses ante el temor de que pudieran darse las mismas condiciones que se dieron para Alemania en el periodo de entreguerras (1919-1939). Entre las decisiones que tomó el señor Erhard se encuentra el reemplazo del antiguo Reichmark por el Deutschmark, como moneda oficial en Alemania. Fue un periodo duradero de baja inflación y de desarrollo de prácticas eficientes y la naciente industria originó un proceso de crecimiento y desarrollo muy eficiente y rápido. Este milagro económico alemán permitió el desarrollo eco

FAMOSAS FRASES Y CITAS LITERARIAS (LXXVIII)

             Estimado lector, tal como prometí en su momento de desarrollar semanalmente cada jueves un artículo con el título de “Famosas frases y citas literarias”, en vez de las diez frases habituales reduciré el contenido a cinco, las cuales cito a continuación con su enumeración, del 761 al 765: 761)  Amor. “Si juzgamos el amor por la mayoría de sus efectos, se parece más al odio que a la amistad”. De Françoise de la Rochefoucauld (1613-1680), escritor, aristócrata, político, militar, poeta y filósofo francés. De su obra “Máximas”. 762)  Comprensión. “Sorprenderse, extrañarse, es comenzar a entender”. De José Ortega y Gasset (1883-1955), filósofo y ensayista español; principal exponente de la teoría del perspectivismo y de la razón vital histórica. De su obra “La rebelión de las masas”. 763)  Democracia. “El verdadero progreso democrático no consiste en rebajar la élite a nivel de la plebe, sino en elevar la plebe a la élite”. De Gustave Le Bon (1841-1931), soc