Estimado
lector, según comenté en el artículo titulado “Anecdotario (XLI)”, voy a seguir
incorporando nuevas anécdotas cada lunes. La anterior entrega fueron diez
anécdotas. Así que comencemos:
411)
El Emperador
Guillermo II de Alemania.
Guillermo II
(1859-1941) fue el último Emperador de Alemania. En su juventud no parecía muy
dotado para el gobierno de un país. Se cuenta que su padre, el Emperador
Federico, cuando el Príncipe Guillermo fue declarado oficialmente mayor de
edad, dijo:
-
“La verdad es que este hijo mío, completamente mayor de
edad, no lo será nunca”.
Fue, según parece,
muy superficial en todo, aunque presumió siempre de entenderlo todo muy bien y
se las daba de muy entendido en arte y ciencia de guerra aunque, según sus
Generales, la verdad era todo lo contrario. Quiso una vez dirigir personalmente
unas maniobras militares. Hacia el final, detuvo su caballo ante el de uno de
sus generales y le preguntó:
-
“¿Algún comunicado, General?”.
Y el General
respondió:
-
“Ninguno, señor”.
Guillermo le dijo:
-
“¿Cómo que no? Vuestra obligación como General es darme
un comunicado”.
-
“Si me lo exigís os lo daré, y será éste: que toda esta
maniobra ha sido, desde el principio al fin, un incalificable disparate”.
El General, en
castigo de haber dicho la verdad, fue retirado del servicio activo.
412)
Lucien
Guitry.
Lucien Guitry
(1860-1925), actor y director teatral francés, considerado entre los mejores
actores teatrales de su tiempo, tenía salidas muy buenas, lo mismo que las tuvo
su hijo, Sacha Guitry, del que hablaré a continuación. Un desconocido les
visitó en su camerino, en un entreacto.
-
“Señor” – le dijo – “Soy uno de vuestros más fervientes
admiradores. Y me haría feliz si me dedicara este retrato vuestro”.
Era un retrato de
Guitry en uno de sus papeles. Guitry accedió. Y, mientras buscaba la pluma y le
preguntaba el nombre al desconocido, éste no dejaba de hablar. Decía:
-
“En algunas de sus interpretaciones está sublime, su
Cyrano de Bergerac es el mejor que he visto. Iba todas las noches a verle. ¡Un
recuerdo inolvidable para mí!”.
Guitry le puso
esta dedicatoria:
-
“A Fulano de Tal, el único hombre del mundo que me ha
visto representar el Cyrano”.
Porque esta obra,
el Cyrano de Bergerac, Lucién Guitry no la había representado jamás.
413)
Sacha Guitry.
Sacha Guitry
(1885-1957), actor, dramaturgo, escenógrafo, director de cine y guionista
cinematográfico francés, hijo del anterior, Lucien Guitry, fue tan famoso como
su padre. En el colegio era un mal estudiante. Pero razonablemente malo. Nunca
quiso estudiar nada de matemáticas, historia ni geografía. De las matemáticas
decía:
-
“Nunca he entendido nada. Para mí las matemáticas son
como si estuvieran todas en chino. Y ¿de qué me serviría aprender el chino?”.
Y de la historia y
la geografía opinaba:
-
“Estudiar esas cosas que están todas en los libros es
perder el tiempo. Si necesito un dato, lo busco en el libro y lo encuentro
siempre. Estudiar esos libros sería tanto como aprenderse la guía de teléfonos
y los horarios de los trenes”.
414)
Ali Khan.
Ali Khan (1911-1960)
desempeñó el cargo de Embajador en las Naciones Unidas representando a Pakistán
y Vicepresidente de la Asamblea General de la ONU entre 1958 y 1960. Era hijo
de Aga Khan III (1877-1957), imán de los musulmanes ismaelitas chiitas. Estuvo
casado con la estrella de Hollywood Margarita Carmen Cansino (1918-1987), hija
de españoles, y más conocida como “Rita Hayworth”, una de las actrices más
emblemáticas y glamorosas de la época dorada del cine estadounidense y la diva
máxima de Hollywood en la década de los años cuarenta del pasado siglo. Rita se
casó en cinco ocasiones y fue esposa de Ali Khan durante los años 1949 a 1953.
Ali Khan era uno
de los “jet-men” más importantes de su tiempo. Estaba una noche en un baile, en
París, dos mujeres, una europea y una americana, llevaban el mismo modelo de
vestido. Las dos, cuando se dieron cuenta, se iban a retirar del baile. Ali se
enteró, las reunió a las dos y les propuso una solución: que una de las dos,
echándolo a suertes, se quitara el vestido, y que él lo rasgaría la envolvería
con tela rasgada en forma que podría continuar participando en la fiesta. Lo
echaron a suertes, y le tocó a la americana. Ali Khan sólo necesitó diez minutos
para cumplir lo prometido y la mujer, ligeramente envuelta en trozos de tela
que la otra mujer, la europea, decía después que si lo hubiese sabido habría
hecho trampa para que le tocara a ella. Según parece, el éxito del invento de
Ali Kahn, fue debido a que, al envolver a la mujer con los trozos, dejó uno de
sus pechos casi totalmente al descubierto.
415)
Edgar Allan
Poe.
Edgar Allan Poe
(1809-1849) fue uno de los grandes escritores estadounidenses, escritor de
poemas y de novelas de terror. Poe contaba una anécdota de sí mismo que,
después, se ha repetido mucho como cuentecillo, sin atribuirlo a nadie
concretamente. Decía que una vez entró en una tienda, vio que la mujer que
vendía tenía los ojos hundidos y la frente pequeña, y pensó:
“Tiene tan poca
memoria como escasa inteligencia”.
Y quiso probar si
ambas deducciones eran ciertas. Pidió un cigarro, lo sacó de la caja y preguntó
el precio. Poe le preguntó:
-
“¿Y una copa de ginebra cuánto me costaría?”.
La mujer le dijo
el mismo precio.
-
“Va bien. Así dejo el cigarro y me tomo la ginebra”.
Devolvió el
cigarro a la caja mientras la mujer le servía la bebida. Y se iba ya cuando la
mujer le gritó:
-
“¡No me ha pagado!”.
-
“¿Cómo que no? He tomado la ginebra en vez del
cigarro”.
-
“Pues págueme el cigarro”.
-
¿Por qué, si lo he devuelto a la caja?”.
Y mientras la
mujer dudaba, Poe salió de la tienda y se alejó. Pensaba:
-
“En efecto, ni tiene mucha memoria ni es persona muy
inteligente”.
416)
El Rey Pirro.
Pirro (318
a.C.-292 a.C.) fue Rey de Épiro. Cuenta Plutarco de Queronea (46-120) qye un
ciudadano tenía la mala costumbre de criticar públicamente a Pirro y de ofender
de palabra con todo el descaro. Le fueron con la noticia a Pirro y él dijo que
ya lo sabía.
-
“¿Y no lo has desterrado?”.
-
Desde luego que no, mejor es que se quede aquí, pues
más vale que me difame entre nosotros, que somos pocos, que no fuera de aquí,
por el mundo, ante todos los demás”.
La más famosa obra
de Plutarco de Queronea fue “Vidas paralelas”, en las que compara grandes
personajes griegos con personajes similares de Roma.
417)
El Emperador
Marco Ulpio Trajano (53-117).
El Emperador Marco
Ulpio Trajano fue el primer soberano que usó el calificativo de “Padre de la
patria”. Había nacido en Hispania y fue un emperador justo y moderado en todas
sus cosas. Se cuenta que una matrona romana fue a quejarse por la forma en que
su marido se dirigía con ella.
-
“Yo era una mujer bonita y tenía dinero, ahora he
perdido toda la belleza y soy pobre. Y todo esto por culpa de mi marido”.
-
- “¿Y a mí qué me importa todo esto, le dijo el
Emperador?”.
-
“Es que hay más. Mi marido habla siempre mal de ti y de
la forma en cómo gobiernas el país.
-
“¿Qué te importa a ti?”.
Y así Trajano la
despidió.
418)
Almirante
Méndez Núñez.
EL Almirante de la
escuadra española del Pacífico, don Casto Méndez Núñez (1824-1869) luchó en la
batalla del Callao contra fuerzas muy superiores a las suyas. El Almirante
enemigo le admitió que podía hundirle todos los barcos y, al parecer, Méndez
Núñez le contestó con una frase que se ha hecho histórica:
-
“Más vale honra sin barcos que barcos sin honra”.
Méndez Núñez fue
herido en esta batalla. En carta dirigida al Gobierno español Méndez Núñez
terminaba así:
-
“Primero honra
si marina que Marina sin honra”.
419)
El pintor
Tiziano.
Tiziano Vecellio
(1477-1576) fue uno de los más famosos pintores italianos de todos los tiempos.
Había nacido en el Tirol italiano y murió, en Venecia, a los 99 años de edad.
Tiziano dio una fiesta en su casa de Venecia. Los invitados eran todos gente
distinguida, de la mejor sociedad. Sabían que él era hombre rico y le
criticaron el poco dinero que había gastado en la fiesta. Las críticas llegaron
a oídos del pintor y quiso dar una lección a sus invitados. Les invitó a todos
a otra fiesta. No había nada preparado en la casa, ni estaba puesta la mesa.
Apareció el pintor con un vestido al brazo y un cuadro suyo debajo del otro
brazo. Y dijo a sus invitados:
-
“Este vestido, regalo del Emperador, está valorado en
cinco mil escudos. Este cuadro, obra mía, está valorado en otro tanto”.
Ardían leños en la
chimenea, Tiziano se acercó a la chimenea y arrojó al fuego el vestido y el
cuadro. Y dijo a los sorprendidos invitados:
-
“¿Os parece suficiente gasto para una fiesta? Pues
¡buenas noches!”.
Y se retiró.
420)
El poeta
Paul Vérlaine.
El poeta francés
Paul Vérlaine (1844-1896) tenía fama de beber mucho. Y una vez que un amigo se
lo reprochaba, le dijo:
-
“Esto de que bebo tanto es pura leyenda. Te aseguro que
únicamente bebo y me emborracho cuando estoy invitado, o sea, cuando, en
sociedad, hago de Paul Vérlaine”.
Pero no era verdad
que Vérlaine no bebiera. Contaba Courteline (1858-1929), poeta, escritor
satírico y dramaturgo francés, que, un día, le encontró borracho en la calle;
tan borracho que ni podía sostenerse de pie. Estaba agarrado a un árbol y
tarareaba una canción nada decente. Courteline hizo detenerse un coche y consiguió
meter a Guerlaine dentro. También subió él. El cochero le preguntó:
-
“¿A dónde vamos?”
Courteline
desconocía el domicilio de Vérlaine. Conseguir que le dijera la calle le costó
mucho esfuerzo. Y, al fin, supo que era la calle de la Roquette. Faltaba el
número. Vérlaine no era capaz de decir el número. Y repetía:
-
“Dilo tú, dilo tú”.
-
“El número uno”, dijo Courteline.
-
“No”.
-
“El número dos”.
Verlaine movió la
cabeza negativamente, y así estuvieron hasta que llegaron al ciento
veinticuatro, que era el número en el que vivía el poeta.
Estimado lector, habrá diez nuevas anécdotas el próximo lunes.
Un afectuoso saludo. Continuará…
Vicente Llopis Pastor
29 de noviembre de 2021
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