Siguiendo la serie de economistas españoles que estoy publicando y referidos desde el siglo XVI hasta nuestros días, incluyo a un economista muy singular al que conocí personalmente y que se ocupó en gestionar mi ingreso en la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas de la Universidad Central de Madrid, así como mi residencia en un Colegio Mayor de la capital, preciado galardón que hace más de cincuenta años tenía un valor incalculable, cosa que actualmente no suele atraer a los estudiantes foráneos, que prefieren vivir en un piso compartido entre varios y que han de limpiar, cocinar y administrarse sin poder acudir a actos académicos, conferencias, teatro, exposiciones, vítores a los colegiados, vestimenta talar y otros complementos que hacen más agradable y sólida la formación universitaria.
Don Carlos
Ros Rico (1940-2020) nació en Aspe el 9 de marzo de 1940, trasladándose su
familia a Elche cuando era un niño, donde pasa toda su infancia mientras sus
padres comienzan a trabajar en el bar del casino de Elche. En 1953, cuando
tenía trece años, su padre fallece y, a partir de entonces, su madre se encarga
de sacarlo adelante a él y a sus tres hermanos. Carlos Ros Rico realizó sus
primeros estudios con don Honorio, la Academia de Levante y la Academia Liceu
Ílice. En 1952, y gracias a una cuenta de ahorro estudiantil, ingresa en la
Escuela Profesional de Comercio de Alicante, en la que obtiene el título de
perito y, posteriormente, profesor mercantil. Su objetivo era ser contable en
una empresa, por esa razón, en 1959, coincidiendo con la puesta en marcha del
plan de estabilización español y la incorporación de nuestro país al Fondo
Monetario Internacional, Banco Mundial y la creación de los Planes de
Desarrollo, se marcha a Madrid para estudiar Ciencias Económicas en la Universidad
de Madrid.
Los comienzos
en la capital fueron bastante duros. Para poder sufragar las 1.250 pesetas
mensuales que le costaba el Colegio Mayor comenzó a trabajar de camarero en un
bar; sin embargo, poco después, y por medio de un amigo de dicho Colegio Mayor,
comienza a trabajar en el Sindicato Español Universitario (SEU), labor que
compaginaría con la de realizar tareas administrativas en el propio Colegio
Mayor en el que estaba hospedado. Este Colegio Mayor era el Colegio Mayor
Joaquín Miguel Guitarte, en el que yo también residí, emplazado en la Calle
Amaniel 2, junto a la Calle San Bernardo, en la zona en la que estaban la
mayoría de las Facultades Universitarias hasta que, durante el reinado de
Alfonso XIII, se crea la actual “Ciudad Universitaria” de Madrid. El trabajo
que realizaba en el SEU era únicamente por las mañanas, lo que le permitía
asistir a las clases de la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas por la
tarde, y a cambio de las actividades contables que realizaba para el Colegio
Mayor su estancia allí corría a cargo de la propia entidad.
De este
modo consigue mantenerse durante los años que dura la carrera en la que tuvo
destacados Catedráticos, al igual que me ocurrió a mí posteriormente, entre
cuyos profesores más destacados, que combinaban sus enseñanzas con la dirección
de organismos e instituciones oficiales, se encontraban don Manuel Fraga
Iribarne (1922-2012); don Enrique Fuentes Quintana (1924-2007); don José
Castañeda Chornet (1900-1987); don César Albiñana García-Quintana (1920-2007);
don Manuel Berlanga Barba (1912-1992); don José Luis Sampedro Sáez (1917-2013);
don Gonzalo Arnaiz Vellando (1916-1990) y otros destacados Catedráticos que
fueron los “padres” de la Licenciatura en Ciencias Políticas y Económicas que
se creó en el año 1943 por iniciativa de don Fernando Castiella y Maiz
(1907-1976), Director del Instituto de Estudios Políticos. Estos “padres” de la
Ciencia Económica en España sembraron, e hicieron germinar, los estudios de
Economía a nivel universitario en nuestro país.
Dada mi
amistad con Carlos Ros Rico y nuestra cercanía en edad, también fui alumno de
aquella pléyade de Catedráticos. Una vez terminada la carrera, el propio
Fuentes Quintana ofrece a Carlos Ros Rico un puesto del Servicio de Estudios
del Ministerio de Comercio, oferta que rechaza debido a sus deseos de regresar
a Elche. Sin embargo, el destino le lleva a hacer una escala en otro lugar
antes de cumplir sus objetivos. En 1977 le ofrecen, en Tarragona, un cargo muy
bien retribuido como Gerente de una empresa de técnicas y suministros llamada TEYSSA.
En el año 1969 regresa a Elche y crea una oficina de prestación de servicios de
consultoría contable, financiera y de gestión administrativa.
En aquella
época las empresas y fábricas ilicitanas contaban con un sistema de contabilidad
bastante precario; tenían unos libros donde apuntaban el listado de clientes,
otro para proveedores y una libreta donde registraban los cargos y abonos. Con toda
esa información almacenada de forma manual, en último lugar se realizaba un
balance de activo y pasivo que servía, en cierta manera, para la información a
los propietarios, accionistas, Registro Mercantil y a la Hacienda Pública. La aportación
del señor Ros Rico fue extraordinaria y modernizó el sistema contable de las
numerosas empresas dedicadas al calzado que había en Elche. En 1970 se asocia
con el economista José Mas Antón, y en 1976 con el abogado Antonio Brotons
Maciá.
Años más
tarde trasladarían sus oficinas a su actual ubicación en el entresuelo de la
Plaza del Palacio, frente al Palacio de Altamira. Sus clientes fueron los
empresarios más acreditados en el calzado e industrias afines, como bolsos de
piel, cajas de zapatos, hormas, etcétera. A raíz de la crisis del petróleo de
1973 la fabricación de calzado tuvo una cierta crisis, y Carlos Ros Rico
participó en un proyecto titulado “Asociación de Industrias de Calzado”, que
sirvió para elevar la productividad de las empresas y dedicar buena parte a la
exportación al extranjero. Dada la exitosa trayectoria de su despacho de
asesoramiento empresarial, funda el llamado “Grupo Asesor Ros”, que posteriormente
establece oficinas, no sólo en Elche, sino en Elda y Guardamar del Segura. Este
grupo asesor logra erigirse como representante del sindicato del sector del
calzado a nivel provincial para la gestión del antiguo “Impuesto General de
Tráfico de Empresas” (IGTE) ante el Ministerio de Hacienda, tras ganar unas elecciones
celebradas en Elda en 1976.
Carlos
Ros Rico ocupó el cargo de Concejal de Hacienda y Turismo del Excmo.
Ayuntamiento de Elche desde 1972 a 1979, siendo Alcalde Vicente Quiles Fuentes,
participando en algunas de las grandes actuaciones que se realizaron durante
esos años en Elche, como por ejemplo la revisión del Plan de Ordenación Urbana,
que estuvo vigente hasta el año 1998; el soterramiento del ferrocarril,
terminado a finales del año 1977, considerado como la “obra del siglo”, y que
posibilitó la creación de la actual Avenida de la Libertad, el puente del
ferrocarril y la Avenida del Alcalde Quiles Fuentes, terminando con la anterior
división de la ciudad en dos partes separadas por la vía del tren.
En el
año 1977 se incorpora al partido político Reforma Social Española, fundado por
Manuel Cantarero del Castillo, presentándose como candidato al Congreso de
Diputados, y que finalmente no resultó elegido. Durante esta época, junto con
diversos clientes, realizó inversiones en las Islas Canarias, incorporándose a
la mercantil Bruno Gonzáles de Chávez, S.A., dedicada al comercio al por menor
de calzado, y en Andalucía, creando la promotora inmobiliaria Construcciones
Agatha, S.L., y pasa a ser uno de los importantes empresarios de la provincia
de Alicante, manteniendo al mismo tiempo la presidencia del Grupo Asesor Ros. Se
jubila en el año 2010 pero continuó con sus actividades empresariales ligado al
Grupo Asesor Ros como socio de la firma y miembro del Consejo de Administración.
Este grupo ha ido creciendo a lo largo de los últimos años y, actualmente,
cuenta con una amplia plantilla, más de cincuenta profesionales, compuesta por
economistas, abogados, graduados sociales, procuradores, auditores de cuentas,
gestores administrativos y actividades complementarias, que se dedica a la
prestación de servicios de consultoría contable, financiera y de gestión
administrativa.
Fue un
profesional muy activo, no sólo como economista, sino como empresario en varios
sectores, entre ellos el de promoción de viviendas e inmobiliario. Fue uno de
los que participó en el diseño del polígono industrial de Carrús, en Elche, uno
de los más destacados polígonos industriales de toda España.
Aunque
no se dedicó a la enseñanza e investigación en temas económicos, fue un
destacado economista que participó enormemente en charlas y conferencias a
empresarios y a publicaciones de tipo profesional. Su trayectoria laboral en Elche
fue muy eficaz y participó en el enorme crecimiento de dicha ciudad, que hoy es
la tercera en población de la Comunidad Valenciana, con doscientos cincuenta
mil habitantes, sólo superada por las ciudades de Valencia y Alicante.
He sentido
mucho su fallecimiento, ya que para mí fue un economista de referencia, y que
gracias a su trayectoria pude ser alumno de la Universidad de Madrid y conocer,
personalmente, a los citados Catedráticos, “padres” de la Ciencia Económica en España.
Su ayuda y consejos me sirvieron para alcanzar cierto nivel en mi profesión,
tanto en la banca, profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y
Empresariales de la Universidad de Alicante y Vicedecano del Ilustre Colegio
Oficial de Economistas de Alicante.
Mis mejores
recuerdos para un hombre que se hizo a sí mismo y que marcó el camino para
muchas personas.
Un afectuoso
saludo.
Vicente Llopis Pastor
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