Se acaba de cumplir más de un año de la existencia oficial de la pandemia de la Covid-19. Y digo oficial porque fue el 14 de marzo de 2020 cuando el Gobierno español declaró el “Estado de Alarma”, aprobado por el Congreso de Diputados, para un periodo de quince días, que limitaba la movilidad de los ciudadanos, el cierre de restaurantes, cafeterías, competiciones deportivas, etcétera, etcétera. Aquél Estado de Alarma se fue renovando cada quincena hasta que de una sola tacada se alargó durante más de un año, concretamente hasta mayo de 2021.
Durante este año pandémico hemos visto
fallecimientos, hospitalizaciones, cuidados intensivos, confinamiento de
ciudadanos, trabajos de desinfección, ERTEs y otras situaciones, que no hace
falta que yo las describa porque es sabido, conocido y sufrido por todas las
familias españolas. Pero hete aquí que, también se ha confirmado la expresión taciturna
pero totalmente cierta de que “a río
revuelto, ganancia de pescadores” que ha habido de todo en los sectores
productivos. Algunos han salido beneficiados y otros perjudicados; estos
últimos están sufriendo una situación que les va a llevar al desastre, a pesar
de los ERTE y de las posibles ayudas que tanto anuncian a todas horas el
Gobierno español y las Comunidades Autónomas. Ahí va mi visión:
a) Sectores
más beneficiados.
La agricultura, pesca y alimentación,
que representa un 3,4% del valor añadido de la economía española, se ha situado
más alta desde el año 2004, es decir, más que en los quince años últimos. Buena
parte de ello es consecuencia del miedo psicológico cuando se anunció el Estado
de Alarma que indujo a los ciudadanos a acaparar alimentos por lo que pudiera
ocurrir; en el paso de varios meses volvió a estabilizarse, lo que supone unos
beneficios durante buena parte del año 2020. Otro de los beneficiados es el
e-commerce, que ha experimentado un crecimiento en el último año superior al
20%, como indica el informe Global
e-Commerce 2020 de eMarketer. Amazon se ha posicionado como la marca que
más tráfico ha generado a través de su página española, con un incremento medio
del 252,49% del tráfico web. A nivel nacional y según los datos de Nielsen, en
2020 la facturación de la alimentación online ha crecido en 1.000 millones de
euros, más del 80%. Se ha incrementado el uso de las aplicaciones relacionadas con
streaming, como Zoom y Skype, que crecieron un 5,94%; además el consumo de
TikTok, que subió un 266%; videojuegos en línea un 193%; Netflix un 199%;
WhatsApp 147%; Twitter 15%; Facebook 8% y Youtube 2%.
La rama de Administración Pública y
Defensa; Seguridad Social; Educación; Actividades Sanitarias y de Servicios Sociales
ha alcanzado el mayor peso en el Producto Interior Bruto (PIB) desde que hay registros, superando el 20%, que supone
unos 211.000 millones de euros generados en el año 2020. Las actividades
sanitarias de tratamiento de la salud y el bienestar, han supuesto un
incremento de 204 millones de euros. Otro sector que ha crecido en medio de la
vorágine de la Covid-19 ha sido el de las actividades financieras y seguros,
que se han expandido durante el último año un 2,4%, que suponen 46.000 millones
de euros y alrededor de 4,5% del PIB. El gasto farmacéutico a través del
comercio electrónico ascendió a 1.423 millones de euros, manteniendo la
tendencia al alza del sector en el panorama digital, según señala el informe
“La farmacia 4.0. Evolución del mercado online de productos de consumo health”,
que prevé un aumento progresivo durante los próximos tres años en los que se
alcanzarán más de dos mil millones de euros.
b) Sectores
más perjudicados.
Más allá de los nichos específicos que
se han podido ver beneficiados, la generalidad del tejido productivo y
societario de nuestro país ha sufrido el impacto de una crisis que se ha cebado
especialmente con aquellas ramas relacionadas con el turismo, que representa el
13% del PIB. La Asociación de Hostelería de España ha cifrado en más de setenta
mil millones de euros la caída registrada en este sector, con una reducción de
ventas superior al 60% tanto en los servicios de alojamiento como el de
cafeterías y restaurantes, llegando a un número de parados de la hostelería
cercano a las cuatrocientas mil personas. Además del consumo interno, las
restricciones para intentar frenar la expansión del virus también ha debilitado
el turismo exterior, con una caída que algunos especialistas sitúan en el 80%.
Según datos aportados por Frontur y Egatur, nuestro país ha pasado de 83,5
millones de visitantes en 2019 a 19 millones de turistas extranjeros en 2020.
Consecuente con las restricciones por la pandemia y la crisis económica junto
con el confinamiento de las personas, ha dejado al transporte de pasajeros y
mercancías bajo mínimos. Los cálculos de la Asociación de Transportistas hablan
de que la actividad de transporte de mercancías ha registrado más del 50% de
disminución, mientras que la de pasajeros se ve mucho más agravada, y supone un
desplome en Europa de 80.000 millones de euros, con un descenso del 57% en sus
ingresos actuales, mientras que en España ha sido más grave, porque ha sufrido
una caída en la facturación del 70%.
Otro sector que ha sufrido una caída
importante es el de la industria, con una recesión del 10%, muy superior a la
que ha sufrido este sector en Europa, donde la industria ha resistido mejor el
golpe e, incluso, se ha expandido en algunos países. Esto es consecuente con la
debilidad del sector industrial en España, ya que no somos muy fuertes en la
industria y la mayor aportación al PIB español viene por el sector servicios,
turismo, hostelería, transporte y alojamientos, que es el núcleo productivo más
importante en nuestro país. Este sector ha perdido 60.000 trabajadores durante
el año 2020, sin contar los trabajadores afectados por ERTE. Otro de los
perjudicados es el comercio minorista, que ha caído un 6,8%, rompiendo una
racha de seis ejercicios al alza, debido a las restricciones a la movilidad de
las personas y cuyas ventas bajaron un 7,1%.
Las ferias, congresos, eventos,
reuniones y viajes de incentivos casi se han fulminado y se espera a lo largo
del año 2021 que puedan celebrarse, por ejemplo, en IFEMA; Fitur; Institución
Ferial de Alicante; Fira de Barcelona; Mobile World Congress, previsto para
finales de junio en Barcelona, que se está topando con la negativa de las grandes
marcas a su presencialidad. La construcción ha sufrido una recesión del 16%.
Relacionado con la construcción está la rama de actividades inmobiliarias, que
ha caído un 3,1%, mostrando, eso sí, más solidez que la economía en general.
Igualmente se ha reducido la organización y asistencia a espectáculos; teatro;
cine; etcétera.
El resumen es el de que la economía
española ha sufrido un descenso conjunto oficial del 11,9% del PIB en 2020. Es
decir, más pérdidas que beneficios, aunque no todos los sectores han caído.
Algunos, como los que he citado, se han frotado las manos por ser beneficiados
en una situación anormal que no se esperaba ni intuía. Mientras tanto, quienes
tratan directamente con el consumidor están agudizando su ingenio para no
desfallecer. Restaurantes que sirven comidas para llevar; fruteros que te
llevan las frutas a casa; vendedores de alimentos que lo venden ambulantemente
y pregonándolos. Tienen que vivir y deben mantener su objetivo empresarial, que
es el de vender y obtener beneficios. Es algo así como lo que dijo Mahoma
(570-632), fundador del Islam, que expresara: “Ya que la montaña no viene a Mahoma; Mahoma irá a la montaña”.
Para finalizar, le traslado la
siguiente frase de Albert Einstein (1879-1955), el científico y físico más
importante del siglo XX, Premio Nobel de Física en 1921, que dijera: “Es en la crisis donde nace la inventiva,
los descubrimientos y las grandes estrategias”.
Estimado lector. Así se manifiesta el
ser humano en momentos trascendentes de la historia. Espero que lo más pronto
posible desaparezca esta situación pandémica. En tal caso, siempre nos quedará
el sabor amargo de una etapa de nuestra vida que pasará a los libros de la
Historia Universal.
Hasta el próximo artículo.
Vicente Llopis Pastor
26 de marzo de 2021
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