Comienzo
con el llamado “Concierto Económico” entre el Estado español y el País Vasco.
Históricamente constituye una parte esencial de la foralidad vasca. Dicho Concierto
ha sido un elemento vertebrador de las relaciones entre el Estado español y la ahora
llamada Euskadi. Se fundamenta en la Disposición Adicional Primera de la
Constitución, que ampara y respeta los derechos históricos de los territorios
forales, ordenando la actualización general del régimen foral y en el Título
III del Estatuto de Autonomía del País Vasco, que reconoce la capacidad
normativa de las Instituciones Competentes de los Territorios Históricos,
afirmando que éstas podrán mantener, establecer y regular, dentro de su
territorio, su propio sistema tributario.
En el caso del País Vasco, este
concierto económico viene desde el Real Decreto de 28 de febrero de 1878 y ha
tenido continuidad, ampliando y negociando con el Gobierno español muchos temas
hasta el día de hoy. Los fundamentos de este concierto, que también se puede
llamar el “Cupo vasco”, que es la cuantificación del dinero que se deriva de
dicho Concierto, son una consecuencia
directa de las llamadas Guerras Carlistas, en la que los isabelinos o cristinos
defendían a la Reina Isabel II (1830-1904) frente a los partidarios vascos de
Carlos María Isidro de Borbón (1788-1855) que ha servido para equilibrar las
relaciones entre el País Vasco y el Estado español.
Las características de este “Concierto
Económico” son:
a) Sistema paccionado.- Es decir, un
pacto entre el Gobierno español y la Comunidad Autónoma del País Vasco.
b) Potestad normativa tributaria
propia.- Configurando la Comunidad Autónoma Vasca su propio sistema tributario,
que tiene una relativa armonización fiscal con el Sistema Tributario español.
c) Autonomía de gestión tributaria.-
El procedimiento de exacción y gestión tributaria, en todas sus fases, corresponde
a las Diputaciones Forales del País Vasco.
d) Riesgo unilateral.- Los
resultados, buenos o malos, derivados de la gestión del “Concierto Económico”
corresponden sólo al País Vasco.
De dicho concierto se deriva el “Cupo
vasco” en el que se incorporan los gastos del Estado que ha efectuado en el
País Vasco y viceversa, junto a las recaudaciones de la Comunidad Autónoma que ha
podido hacer por cuenta del Estado.
El lamentable hecho de las Guerras
Carlistas ha dado lugar a esta situación, de las que todavía quedan algunos
rescoldos que, en cierto modo, el Estado español le ha ido concediendo algunos
privilegios para apaciguar las relaciones con la Comunidad Autónoma del País
Vasco. La vigente Constitución Española de 1978 creó la figura de las “Comunidades
Autónomas”, que fue algo así como “café para todos”, que se extendió en toda la
geografía española para suavizar situaciones injustas de algunas regiones con
el Gobierno español. Esto ha dado lugar a una realidad social y política, muy
investigada en la Ciencia de la Sociología, que se resume en la frase “en todo
colectivo siempre hay un tanto por ciento, aunque sea bajo, de descomposición”,
acertada expresión que recuerdo del catedrático de Sistema Fiscal Español y Comparado
de la Universidad Complutense de Madrid, César Albiñana García-Quintana (1920-2007),
de quien fui alumno hace más de cincuenta años. Sinceramente creo que la
palabra “descomposición” de este catedrático está entrando en el sistema
político de Comunidades Autónomas en el que se basa la Constitución Española de
1978. El tiempo dará o no la razón al argumento de César Albiñana.
Este “Concierto vasco” fue una solución
parcial al de las Guerras Carlistas que duraron intermitentemente cerca de cien
años y que finalizaron con el planteamiento político del Gobierno de Antonio
Cánovas del Castillo (1828-1897), que se transformó en una parte de la
Constitución Española de 1978.
El principal protagonista de la
actual situación del “Cupo vasco” ha sido el Partido Nacionalista Vasco (PNV)
creado por Sabino Arana (1865-1903) en 1895, con una difusa ideología cercana a
la derecha y limitado a las tres provincias vascas y, sobre todo, con un ataque
y desprecio a España y a los españoles. Estimado lector, juzgue usted estas
frases que nos dejó como legado Sabino Arana:
a) Resulta extraño el roce de los
vascos con los hijos de la nación española.
b) Nosotros odiamos a España con
nuestra alma, mientras tenga oprimida a nuestra Patria con las cadenas de la
esclavitud. No hay odio que sea proporcionado a la enorme injusticia que con
nosotros ha consumado el hijo del romano. No hay odio con que puedan pagarse
los innumerables daños que nos causan los largos años de dominación.
c) Y etnográficamente hay
diferencias entre ser español y ser euskeriano, la raza euskeriana es
sustancialmente distinta de la raza española.
d) Sobre los españoles: “gran número
de ellos parece testimonio irrecusable de la teoría de Darwin, pues más que
hombres semejan simios poco menos bestias que el gorila; no busquéis en sus
rostros la expresión de la inteligencia humana ni de virtud alguna; su mirada
sólo revela idiotismo y brutalidad”.
e) La fisionomía del bizkaíno es
inteligente y noble; la del español, inexpresiva y adusta. El bizkaíno es
nervudo y ágil; el español es flojo y torpe. El bizkaíno es inteligente y hábil
para toda clase de trabajos; el español es corto de inteligencia y carece de
maña para los trabajos más sencillos. Pregúntaselo a cualquier contratista de
obras y sabréis que un bizkaíno hace en igual tiempo tanto como tres maquetos
(españoles).
f) Les aterra que a los maquetos se
les debe despachar de los pueblos a pedradas. ¡Ah, la gente amiga de la paz! Es
la más digna del odio de los patriotas.
g) Si hubiera estudiado una miaja de
Geografía Política y hubiesen tenido una pizca de sentido común, sabrían que al
Norte de Marruecos hay un pueblo cuyos bailes peculiares son indecentes hasta
la fetidez y que otro al Norte de este segundo pueblo tienen unas danzas que son
honestas y decorosas hasta la perfección; y entonces les chocaría que el
alcalde de un pueblo euskeriano prohibiese bailar al uso maqueto, como es
hacerlo abrazado a la pareja, para restaurar en su lugar el baile nacional de
Euskería.
h) Oídle hablar a un bizkaíno, y
escucharéis la más eufórica, moral y culta de las lenguas; oídle a un español y
si sólo le oís rebuznar, podéis estar satisfechos, pues el asno no profiere
voces indecentes ni blasfemas.
Estas frases son la base del Partido
Nacionalista Vasco, muy arraigadas en Euskadi, y que actualmente sigue en los
avatares de obtener lo más posible del Gobierno Central. Este partido tiene la
ideología de obtener las mayores competencias y dinero del Estado español y así
se nota en las manifestaciones de sus representantes, entre ellos Aitor Esteban
(1962), portavoz parlamentario del grupo vasco en el Congreso y que parece ser
que va a votar en favor del PSOE porque Pedro Sánchez (1972) le habrá prometido
muchas cuestiones favorables.
El resto de Comunidades Autónomas
españolas no están muy conformes con el “Cupo vasco”, al que llaman jocosamente
“el cuponazo”, como metáfora de los premios de la ONCE, y manifiestan su
disconformidad.
Pronto sabremos qué va a dar de sí
el encargo de crear un Gobierno a Pedro Sánchez y qué va a ocurrir en nuestro
país.
Vicente Llopis Pastor
15 de octubre de 2023
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