Ir al contenido principal

EL IMPUESTO SOBRE SOCIEDADES EN EUROPA Y EN ESPAÑA

 

El Impuesto de Sociedades, también denominado impuesto sobre la renta o el beneficio de las sociedades, es un impuesto directo, de carácter personal y, habitualmente, de tipo impositivo único, que recae sobre los beneficios obtenidos por las sociedades.

Generalmente, en los sistemas fiscales, el gravamen de las rentas se estructura en dos grandes impuestos, uno que grava a las personas físicas, en el caso de España llamado Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), que es un impuesto progresivo que conforme aumenta la base imponible, el tipo impositivo es mayor; y otro impuesto paralelo que grava la renta o beneficio de las sociedades, llamado Impuesto de Sociedades (IS), que es proporcional, es decir, de tarifa fija, y que es el genuino gravamen de las empresas.

El IS existe en todos los países del mundo y repercute muchísimo en la vida económica de los países desarrollados, hasta el extremo de que la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) fija normas sobre esta tributación e, incluso, la cuantía del tipo impositivo.

La existencia de este IS ha sido objeto de controversia en el ámbito teórico de la economía pública, enfrentando a los que consideran que es una figura independiente que tiene una perspectiva legal, asumiendo que las sociedades son personas jurídicas que tienen capacidad legal para contratar y asumir deudas y derechos y, por tanto, es igual que el Impuesto de Renta a las Personas Físicas. Frente a esta postura se encuentran los que opinan que las sociedades son un mero conducto de transmisión de la renta hacia las personas físicas, y que es en éstas donde debe producirse el gravamen de las rentas. Este enfoque teórico apenas es aceptado, y lo cierto es que en todos los países tributan las empresas y sociedades según el beneficio obtenido anualmente.

En la práctica, cada país fija el tipo impositivo que crea oportuno y hay una enorme variedad en cuanto a la tributación en uno u otro país, hasta tal extremo que dicho impuesto es una decisión económica para atraer inversiones o capitales en su país. En el caso de España, la tributación del IS está por encima de la media europea, lo cual pone en cuestión la competitividad de nuestro país frente a otros que son más atractivos fiscalmente porque el IS tiene un tipo menor. Concretamente en España es del 25% mientras que la media europea es del 22,6%. Estas cargas impositivas para las empresas hacen que sus inversiones, factorías y fábricas vayan hacia los países de menor tributación. Esto es una especie de política fiscal corporativa que es crucial para ayudar a mantener la confianza empresarial. Cuanto más alta sea la tasa del IS, menos empresas podrán reinvertir en expansión, I+D y creación de empleo.

Si estudiamos el IS en los países de la OCDE nos encontramos con que los de menor tributación son Irlanda, con el 12,50%; Rumanía, con el 16,00%; Croacia, con el 18,00%; Polonia, con el 19,00%; Portugal, con el 21,00% y, en general, la mayoría de los países de la Unión Europea tienen una tasa impositiva menor que la de España, que está fijada en un 25,00%; siendo superiores al 25,00% solamente Francia y Alemania.

Esto supone que España no es atractiva fiscalmente para los inversores extranjeros y las nuevas industrias suelen instalarse en países como Irlanda y otros muchos que he señalado cuya tributación está por debajo del 25%. Ésta es una variable a considerar, ya que la fiscalidad empresarial es una de las razones por las que las empresas multinacionales invierten en uno u otro país. En el caso de España se da la circunstancia de que el Gobierno actual está aprobando normativas para que las empresas tributen más y superen ese 25%, tal es el caso de las empresas bancarias, de energía, electricidad, gas y otras, en las que el Gobierno ha creado un impuesto adicional por el cual los beneficios de las empresas prácticamente van a parar en su totalidad al Estado español. Es decir, que de esta manera no se  incentiva la economía española, sino todo lo contrario, y se están dando casos de que algunas multinacionales se han trasladado de España a otros países. De esta forma las inversiones de las empresas multinacionales en España van a ser menguantes y la política económica de nuestro país no parece que vaya a reducir los tipos impositivos de las empresas y por ello la modernización y crecimiento de las industrias, el llamado Sector Secundario, cada vez será menor en nuestro país.

Hasta el próximo artículo.

 

Vicente Llopis Pastor

14 de septiembre de 2022

Comentarios

  1. Efectivamente, es un arma de doble filo.
    Por eso, grandes empresas como Google están en Irlanda, donde el IS es la mitad que en España y por lo tanto las ganancias son mucho mayores.
    Considero que toda medida del Gobierno tiene que hacerse con mucho tacto, para que no se produzca la "espantá".

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

MOMENTOS ESTELARES DE ESPAÑA: LA GUITARRA ESPAÑOLA

  Algunos expertos consideran que la guitarra española es una combinación de la guitarra morisca, venida de la cultura caldea y asiria; otros señalan que en España apareció la llamada guitarra española por los caminos de la Grecia Clásica y la Europa Medieval pariente del laúd, que se denominaba “guitarra latina”. Por otro lado, se señala que la guitarra española fue un instrumento musical que usaban los egipcianos en el Próximo Oriente y que en su éxodo hacia Europa Occidental, una parte de ellos se asentó en lo que hoy es Austria y Rumanía e hizo florecer el uso del violín en estos países; el resto de estos egipcianos llegó hasta el extremo más occidental de Europa, en este caso España, y su instrumento fundamental era la guitarra, que con el tiempo se ha venido a llamar “guitarra española” o “guitarra clásica”. Estos egipcianos serían los antecedentes de los actualmente llamados gitanos y, por ello, los grandes violinistas son de Centroeuropa y los grandes guitarristas son los esp

El ECONOMISTA ALEMÁN LUDWIG ERHARD (1897-1977), CONSIDERADO COMO EL PADRE DEL “MILAGRO ECONÓMICO ALEMÁN” DE LA POSGUERRA

El término “milagro económico alemán” fue usado por primera vez en el periódico británico “The Times” en 1950 y describe la rápida reconstrucción y desarrollo de la economía de Alemania Occidental después de la Segunda Guerra Mundial. Este milagro económico se basó en las ideas de la llamada “Economía social de mercado”, un pensamiento económico que abanderó el economista alemán Ludwig Erhard (1897-1977), junto con el Plan Marshall para Europa que fue originado por los estadounidenses ante el temor de que pudieran darse las mismas condiciones que se dieron para Alemania en el periodo de entreguerras (1919-1939). Entre las decisiones que tomó el señor Erhard se encuentra el reemplazo del antiguo Reichmark por el Deutschmark, como moneda oficial en Alemania. Fue un periodo duradero de baja inflación y de desarrollo de prácticas eficientes y la naciente industria originó un proceso de crecimiento y desarrollo muy eficiente y rápido. Este milagro económico alemán permitió el desarrollo eco

FAMOSAS FRASES Y CITAS LITERARIAS (LXXVIII)

             Estimado lector, tal como prometí en su momento de desarrollar semanalmente cada jueves un artículo con el título de “Famosas frases y citas literarias”, en vez de las diez frases habituales reduciré el contenido a cinco, las cuales cito a continuación con su enumeración, del 761 al 765: 761)  Amor. “Si juzgamos el amor por la mayoría de sus efectos, se parece más al odio que a la amistad”. De Françoise de la Rochefoucauld (1613-1680), escritor, aristócrata, político, militar, poeta y filósofo francés. De su obra “Máximas”. 762)  Comprensión. “Sorprenderse, extrañarse, es comenzar a entender”. De José Ortega y Gasset (1883-1955), filósofo y ensayista español; principal exponente de la teoría del perspectivismo y de la razón vital histórica. De su obra “La rebelión de las masas”. 763)  Democracia. “El verdadero progreso democrático no consiste en rebajar la élite a nivel de la plebe, sino en elevar la plebe a la élite”. De Gustave Le Bon (1841-1931), soc